jueves, 27 de marzo de 2014

¿Dónde está el norte?

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué el norte se representa arriba?
Bien, antes de comenzar, me gustaría aclarar que he tenido que buscar en la RAE (esa gente a la que odio, pero de la que no puedo desligarme), si "norte" se escribe con mayúscula o no, porque a veces lo veo con ella y a veces sin ella. Definitivamente, si la RAE lo pone con minúscula, "norte", debe ser así. 
A lo que íbamos...¿por qué el norte arriba?
Bien pensado, como me planteaba el otro día Miguel, en el espacio no existe la gravedad, así que no tiene mucho sentido pensar en arriba y abajo.
Hoy me ha dado por buscar información al respecto.
He de decir que desde que estoy aquí me ha parecido bien divertido encontrar en diferentes lugares muchos mapas invertidos, es decir, mapas en los que Nueva Zelanda aparece arriba. Y, sobre todo, mapas en los que Europa NO es el centro...(Voces diciendo : guauuuu, ¡eso es amazing!). Pues sí, amiguitas y amiguitos: Europa no es el jodido centro del universo...no. Estamos acostumbradxs a ver el mapamundi con Europa in the middle, pero (sintiéndolo mucho, no quería ser yo quien os contara esto) el mundo no es plano...No, no, no. Estoy segura. He contrastado diversas fuentes y parece ser que la Tierra es redonda. Creo que esa es una información valiosa. Además de eso, vuelvo de nuevo al tema, ¿por qué el norte arriba? I mean...¿por qué los mapas son como son y actualmente tienen el hemisferio norte arriba cuando teóricamente podrían estar en cualquier otra orientación? Como imaginaréis, la primera idea que se me vino a mí a la cabeza fue que los europeos (obviamente, aquí uso el masculino aposta) pudieron inventarlos (o simplemente robar el invento a otros) y, claro, eligieron para ellos el lugar más importante. Parece ser que existen mapas antiguos de todas las culturas y lugares en prácticamente todas las orientaciones posibles. He leído que las orientaciones de la Estrella Polar o de las brújulas pudieron tener algo que ver (qué incultura la mía, esto se me escapa), pero también he leído que los chinos solían afirmar que sus brújulas "apuntaban al sur".
Se supone que el porqué de esa orientación es simple: de entre los muchos mapas que pulularon en épocas antiguas, fue el de Ptolomeo quien lo petó. Vete tú a saber por qué, pero este astrónomo y geógrafo greco-egipcio dibujó sus mapas con el norte arriba. Geógrafos posteriores que creían que Ptolomeo molaba lo copiaron y por eso en nuestros días los mapas son como son y yo ahora estoy cabeza abajo.
Si buscáis por la red, podréis ver que hay muchísimos mapas "al revés".
Igual os gusta esta página:
El mundo al revés. ¿O al derecho?
Supongo que, en definitiva, lo importante es que todo depende de la óptica con la que se mira. Así es la vida...

Ya no sé si esto se me está yendo de las manos o si es demasiado, pero he seguido leyendo cosas por ahí y estoy un poco descolocada, así como mareada (yo creo que no es por la cerveza que me estoy bebiendo...). Vais a ver que lo que voy a contar ahora, para terminar, tiene todo el sentido:
Representar una figura tridimensional, como por ejemplo el planeta Tierra (ese que estamos destrozando, sí), en un plano para hacer un mapa implica aceptar algún tipo de distorsión. Eso he leído. Representar tres dimensiones en dos, ese es el quid de la cuestión (sí, se dice "quid" -pronunciando la U-, no es "quit" y menos "kit"), es una movida chunga.
En cualquier caso, acording con las cosas que he leído, generalmente no podemos percatarnos de lo jodida que es esta distorsión porque la mayoría no tenemos la suerte de poder ver el planeta (sí, suena mejor "el planeta", que "nuestro planeta", qué manía con apropiarnos de las cosas...) desde el espacio.
En una de las páginas que he consultado he visto esto:

¿Dónde quiero llegar? A que si nos ayudamos del perfil de una cabeza, podemos hacernos una idea de cuán grandes son esas distorsiones...Esta imagen representa cómo se vería una cabeza según la proyección de Mercator, uno de los señores a los que les molaba Ptolomeo. Lo importante es, queridas personas al otro lado, que la proyección de Mercator sigue siendo la más usada en la actualidad. ¿Vivimos engañadxs?

Ustedes se preguntarán qué tiene que ver esto con la igualdad social...
Pues bien, igual podéis empezar viendo este vídeo:
3:48 minutos que deberías gastar aquí...

Yo ya no sé dónde estoy. Esa es la conclusión.

viernes, 21 de marzo de 2014

¿Por qué se ponen gorros de lana cuando el calor no les permite siquiera llevar una chaquetita?
Esa es mi pregunta para los Aucklanders.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Me estoy acostumbrando a la buena vida. Ayer volví a tener día libre. Desde que dejé la academia y terminaron los cursos de los martes, he recuperado un día de libertad a la semana. Aún sigo trabajando en la academia los miércoles, pero sólo me quedan dos semanas más. De todos modos, cuando acabe con el grupo de los miércoles, seguiré teniendo ese día ocupado, porque daré dos clases particulares. Ahora mismo estoy dando una (la otra es el sábado), pero voy a empezar una tercera cuando termine en la academia. 
En cualquier caso, como digo, ahora tengo los martes libres. 
Ayer nos fuimos de excursión al Mount Eden (en maorí: Maungawhau), un volcán que hay en las afueras de Auckland. Mide 196 metros y tiene un cráter de 50 metros de profundidad. Como imaginaréis, ya que hace muchos años que no entra en erupción, por lo que en el cráter sólo se ve verdecito neozelandés, pero impresiona porque es muy profundo. A mí me encantó. Además, las vistas de Auckland desde allí son muy bonitas y como fuimos por la tarde, cuando empezó a caer el sol, el reflejo de éste en el mar era alucinante. Ya sabéis que no soy muy de fotos (me gusta más el poder de la palabra y conseguir evocar en vuestra imaginación lo que describo), pero hoy voy a hacer una excepción. Aquí podéis verlo:


Y Auckland con el teleobjetivo de Miguel: 


Ayer vivimos uno de esos días típicos neozelandeses: calor (no extremo, pero considerable), lluvia, viento y calma. Cuando volvíamos para casa, no corría una pizca de aire. Era extraño...Nos dimos cuenta entonces de que prácticamente a diario hay viento. Y no me gusta, esa es la verdad.
En el camino de vuelta, de pronto y sin previo aviso, nos llovió. Tuvimos que resguardarnos bajo un árbol (desde donde pudimos ver el arco iris). Cuando continuamos, nos encontramos unas hojas con un color impresionante que la cámara no pudo captar en todo su esplendor, pero que era algo así:


Hablando de cosas que llamaron mi atención (entre los colores, los olores y los sonidos...), vimos un árbol cuyas raíces se pegaban a una pared de piedra que hacía de valla de una casa que estaba edificada en un alto). No sé bien cómo explicarlo, pero era tan extraño como curioso. Las raíces del árbol se extendían por toda la piedra, de modo que parecía vivir de los nutrientes de ésta...Al final llegaban al suelo y se enganchaban también a él, pero era prácticamente todo cemento, porque se trataba de la acera.
Una vez más, pervierto mi blog con una foto. Os podéis hacer una idea de cómo era viendo esto:

La noche de ayer era muy agradable. Dijo Miguel, y llevaba razón, que se parecía a una noche primaveral en mi querida Madrid. La verdad es que pasé un día maravilloso y pensé mucho en mi madre y en los sitios que quiero que conozca. El cráter te va a encantar, mamá. 
He encontrado esta foto del volcán en Internet: 


Volvimos paseando por Parnell, un barrio muy cuqui que de noche tiene un aspecto moderno y acogedor. Decidimos que cuando vengan mi madre y su amiga...nos vamos a permitir el lujo de cenar una noche allí. A mí me recuerda un poco a Camden, en Londres, pero yo creo que es por el rollito casas monas, luces y modernidad. No es que se parezca realmente.

Cambiando completamente de tema, quiero contaros que el otro día soñé en inglés, o al menos eso afirma Miguel. Parece ser que últimamente he hablado más de una vez dormida. Y el otro día hablé en inglés...¡ja! A saber qué estaría soñando...
Al hilo de esto de hablar en inglés, quiero que sepáis que mi inglés habrá mejorado un poco (no digo que no, Miguel, no te enfades...), pero mi acento será madrileño hasta el día que me muera. El otro día, después de explicar todo el rollo de las tapas a lxs clientes de una mesa, y habiendo tenido que hablar más de lo normal porque una de ellxs era alérgica a las nueces (me preguntó qué podía comer y le tuve que explicar que los fritos se hacen en la misma freidora en la que se meten nueces una vez a la semana) -cómo me enrollo...todo lo que pretendo explicar es que hablé bastante con ellxs-, uno de ellxs me preguntó si era de Madrid. Le dije que sí, que era española y de Madrid, y me dijo que tiene un amigo de Madrid que habla exactamente igual que yo...Eum...¿cómo me tomo eso? 
Me acuerdo de que antaño lo del acento me colisionaba, pero ahora he comprendido que lo importante es hacerse entender. Obviamente, intento no decir "jelou", pero creo que sobrevaloramos la capacidad de imitar acentos. Yo pretendo hablar lo mejor posible, pero nunca podré hablar como si fuera kiwi (ni quiero, no jodas), así que con que me entiendan, soy feliz. Ya no me da vergüenza hablar, o al menos no como antes. Siempre recordaré el "a botel of guater" de mi amiga Anna cuando estuvimos en Londres allá por nuestros dieciséis años y la vergüenza que nos daba entonces. Ahora no voy a dejar de pedir un helado por tener miedo de cómo pronunciar "McFlurry"...(Anna entenderá el porqué de esto).
Poco a poco vamos pillando mejor el acento de esta gente, o al menos vamos dándonos cuenta de cómo pervierten el sonido de las vocales...buf!

Sigo feliz, sigo contenta.

Y ahora voy a hacer la comida mientras llega Miguel de trabajar.
Acabo de recoger en el patio una chocolatina que ha caído del cielo. O de la casa de algún/alguna vecino/a. No sé por qué, encontramos cosas como botellas rotas, chocolatinas, cigarros o latas. No sé qué le pasa al vecindario...

viernes, 14 de marzo de 2014

Echo de menos a Tango y a Trufa. Mucho. 
Llevo un par de días un poco tonta por motivos conocidos, pero que no voy a exponer aquí y quizá por eso estoy más sensible, pero la verdad es que me he acordado de ellxs casi cada día desde que llegué y ahora mismo me acaba de dar un ataque de amor. Me encantaría poder acariciarlxs, besarlxs y abrazarlxs. 
Echo de menos hasta lo mal que suelen oler...

jueves, 13 de marzo de 2014

Pienso que todos los momentos (o quizá mejor dicho, todas las épocas) tienen un sonido (o varios). Muchas veces es una canción, un disco o un grupo. Otras, simple y maravillosamente, es el sonido de un árbol, del viento o del mar, del roce de una prenda de ropa. También puede ser el traqueteo de algún medio de transporte o un pájaro que siempre está ahí. Puede ser el sonido de cubiertos chocando o de vasos, o el de un wok, una nevera o una lavadora. Los semáforos, los aviones, las sirenas de incendios y los camiones de bomberos, las sábanas, los cortauñas, las tijeras, los cajones de la cocina, el agua de una piscina, el tendedero, un acento diferente, Skype, una lata que se abre, un paquete de galletas, una botella que no tiene corcho sino tapón, la hierba movida por el aire, los pasos de un pájaro patilargo, la respiración de las vacas...todos ellos tienen su sonido. Hasta las miradas tienen sonido.
Creo que hay que saber prestar atención. Si no, estos sonidos que forman parte de los recuerdos pueden pasar inadvertidos. Pero en el fondo, los recuerdos también son sonidos, sobre todo son sonidos. 
Imagino que los recuerdos de una persona sorda han de ser diferentes a los míos. Yo no concibo la vida sin sonidos. Igual es porque siempre he tenido miedo de perder el oído.
Y el silencio también suena. Silencios como recuerdos sonoros. El silencio puede repiquetear, tintinear, taconear, patear, taladrar, silbar, tañer, tamborilear, repicar, teclear, aporrear, entrechocar, zapatear, fluir, gotear, salpicar...El silencio puede causar ruido. Dicen que el ruido, por lo general, es un sonido desagradable. Pero no tiene por qué. Eso no es siempre así. El ruido puede ser eufónico.
Mis silencios suenan a todo lo que me fluye por dentro, a todo lo que se me mueve y me mueve. Mis silencios me acompañan y me hacen bien. Son paliativos amigos que he aprendido a escuchar y a controlar.

Yo creo que ya sé cuáles son algunos de los sonidos que me acompañarán como recuerdos siempre que eche la vista atrás y piense en Nueva Zelanda.
Nueva Zelanda resonará siempre en mi cabeza a todas esas cosas y a nada. A silencio. A todos los silencios que me acompañaron, me acompañan y me acompañarán.

El placer de tu guitarra no tiene igual.

miércoles, 12 de marzo de 2014

A veces me da una pena irremediable sentir que nos vamos porque nos echan. 
Españolas y españoles por el mundo en un viaje errante, escapando de la desidia y la apatía de la tierra madre. 
Miguel y yo hemos puesto tierra de por medio porque hemos querido, porque era nuestro sueño y porque queríamos volar literal y metafóricamente. Yo ha he hecho alusión más de una vez al hecho de que me siento dueña de mi vida sabiendo que estoy donde yo he querido estar, pero a la vez no puedo evitar pensar que en España tampoco nos quedaba mucho futuro...
Yo paso de la patria, de banderas y de hermandades por el lugar de nacimiento. Me dan igual esas estupideces. Pero a la vez lamento que un sistema podrido se cargue las ilusiones de la gente de un lugar.
En el fondo siento que da igual dónde hayas nacido, pues es aleatorio y poco relevante, pero supongo que al final es humano empatizar mejor con lo que te pilla más cerca del corazón. Esta mierda daría para otra reflexión para la que habrá lugar en el futuro, supongo. ¿Por qué parece importarnos más lo que está más cerca? Parece humano y, por ende, comprensible, pero yo creo que es egoísta y hasta huele mal.
Yo creo que he elegido mi destino, pero de vez en cuando pienso en lo que estaría haciendo en España y me doy cuenta de que igual salir era, en cierto modo, necesidad. 
Estamos creciendo, aprendiendo y dirigiendo nuestra vida, bien es verdad, pero...¿quedaban muchas opciones?
Nunca me había sentido parte de esa comunidad que reivindicaba el "no nos vamos, nos echan". Y de pronto siento que yo también estoy ahí, metida en esa mierda.
Todo esto ha surgido, ya ves tú qué tontería, porque he entrado en Facebook y las tres últimas publicaciones de amigxs y conocidxs eran fotos de gente que vive y trabaja fuera de España. 
Mundo loco...o demasiado cuerdo. 
Nos movemos por los intereses de unos pocos y vamos acoplándonos o haciéndonos hueco en un mundo que habría que dinamitar para volver a construirlo. Es asqueroso. Pero sobrevivimos. Y sonreímos.

martes, 11 de marzo de 2014

Ayer tuve el día libre. Aún no me lo puedo creer. Me emociono si lo recuerdo. Fue una experiencia casi mística...Miguel también estaba libre y nos fuimos de excursión. Estuvimos en un sitio que se llama Long bay que es muy agradable. Estaba un poco seco (tipo matojo amarillo) en algunas zonas, pero se podía intuir el esplendor del lugar en épocas más húmedas. De todos modos, había sitios bien verdes...Aún no he conseguido entender por qué, pero de vez en cuando pasa eso: zonas muy verdes entre zonas más amarillas...New Zealand is strange.
El sitio, como digo, era bonito y agradable. Paseamos largo tiempo y casi morimos de inanición. Así fue. 
Miguel y yo tuvimos la brillante idea de irnos a un parque natural y a una playa muy bonitas a una hora de autobús from Auckland sin un mísero bocadillo. Y allí, obviamente, no había dónde comprar. Miguel había desayunado algo más (unas tostadicas, unas galleticas, un zumico...), pero yo me había comido un triste panecillo con Nutino, un sucedáneo de la Nutella del que estoy muy orgullosa y que forma parte de mi dieta básica (junto con los noodles y las galletas). Por ese motivo, casi me muero del hambre. Miguel también pareció desfallecer en algún momento, pero al final sobrevivimos. Mi churri, que es más espabilao que yo, había cogido una bolsa de patatas a la que le quedaban más o menos siete o ocho patatas y las migajas, así que entre eso, la botella de agua (menos mal que por lo menos llevábamos agua) y un chicle, pudimos engañar al estómago hasta que volvimos a Auckland y comimos como si no hubiera un mañana...Cuando digo "comimos", me refiero al acto de ingerir alimentos, pero debería decir "cenamos" porque conseguimos regresar y comer a eso de las nueve de la noche. Sólo anduvimos nosécuántoskilómetrossincomernadaentodoeldíaaplenaluzdelsol. Tampoco fue para tanto...
¿Y lo que nos reímos? ¡Muy divertido!
Vimos pájaros patilargos de los de aquí, Miguel me hizo un millón de fotos en la que salí fatal, para no romper la costumbre, paseamos, charlamos, nos bronceamos y nos lo pasamos bien. ¡Y pasamos un día entero juntxs y solxs! Eso no pasaba desde que llegamos aquí.

En otro orden de cosas, quiero contaros que acabo de renunciar a la academia. "¿Cómo? ¿Por qué?", os preguntaréis. Pues bien, es sencillo: no puedo aguantar más sin tener un jodido día libre. Estoy harta. Desde el 15 de diciembre que empecé a trabajar he tenido dos días libres: el día que nos fuimos con Leti y Carlos a Waiheke y ayer. 
Hoy termino con el grupo de los martes y con el de los miércoles me quedan dos semanas más. He escrito al dueño de la academia para preguntarle qué va a pasar y si pretende darme más clases, comentándole que mi madre viene en abril y que entonces tendré una semana libre en El Faro porque me voy a ir con ella a Bay of islands y el tío me ha dicho muy educadamente que me vaya a tomar viento fresco. Yo, en el fondo, pensaba que ya no iban a salir más clases y me había hecho a la idea de que me quedaba sin academia, recuperando así mi libertad en los dos días que no trabajo en el restaurante (martes y miércoles, los días que trabajo en la academia). Pero resulta que sí que van a abrirse nuevos grupos...Y este hombre me ha dicho que si voy a irme una semana en abril, igual sería mejor "que vuelva a ellos cuando haya terminado mis viajes", así que digamos que me ha facilitado la decisión que me costaba tomar por mí misma...Estoy contenta en la academia y encima es dinero, así que no veía el modo de dejarlo si me ofrecían más clases, pero digamos que ahora ya no es una cuestión de mi elección porque dice, y me parece lógico y comprensible, que no quiere profesores de repuesto porque da mala imagen cambiar de profesor una semana en un curso que sólo dura ocho semanas. Y estoy de acuerdo, la verdad. La cosa es que veo estúpido que me diga que vuelva cuando haya hecho "mis viajes". Se trata sólo de dos días en lo que a él respecta y cuando mi madre se marche de nuevo, él tendrá los grupos ya abiertos y en mitad del curso, así que no creo que entonces pueda darme trabajo. 
Buscaré clases particulares, que dan más libertad. That´s all. Como ya sabéis, mañana empiezo una nueva clase particular. Y sigo con mi querido Sinosuke, como le llama Miguel. 
Necesito, NECESITO, tener al menos un día libre a la semana. Cuestiones de salud mental. Evito la alienación, así soy yo.

Quiero seguir contando cosas de este lugar tan remoto:

Creo que necesitáis saber que aquí la gente anda raro. Literalmente. He visto mucha gente con los pies torcidos. A lo mejor por eso se chocan contra ti cuando tratas de caminar por la calle sin hacerle ningún mal a nadie...No aguanto la torpeza en las aglomeraciones...No me parece tan difícil echarte a un lado cuando viene alguien de frente o sentir que llevas a alguien detrás que intenta adelantarte, por ejemplo. Pero ellxs no parecen darse cuenta...
Supongo que ya habréis aprendido a diferenciar entre mis ironías y las cosas que son literales. Obviamente, lo de los pies torcidos es una exageración, una sátira, una burla (aunque es cierto que he visto en tres meses aquí mucha más gente con los pies torcidos que en toda mi vida en España), pero lo de que no saben convivir en espacios con mucha gente lo digo completamente en serio y me pone bastante nerviosa.

Otra cosa que llama mi atención cada día es que aquí muchos mendigos (y utilizo el masculino porque siempre son hombres) son jóvenes y aparentemente capacitados para hacer una vida normal, incluyendo un trabajo (tened en cuenta que este país no conoce el paro...) Me resulta extraño que un tipo de mi edad esté tirado en la calle pidiendo. El modelo de mendigo mayor que puedes ver en las calles de Madrid sobre el que pueden ocurrírsete mil historias que expliquen su situación también existe aquí, pero abunda ese otro tipo de vagabundo joven que te pide desde el suelo con los pies tapados con una manta en la calle principal de Auckland.

Creo que ya he hecho alusión al gusto que siente Miguel por abrir el buzón. Parece que a estas alturas todavía no ha comprendido que sólo recibimos facturas y cartas de mi abuela. Las cartas de mi abuela son muy gratas y hacen ilusión (ya podíais escribirnos vosotrxs que me leéis aquí, ¿eh?), pero las facturas, no. Y Miguel abre el buzón con una ilusión...
Bien es verdad que recibimos una postal de Chuchi y Men que tardó más de un mes en llegar desde Canarias que nos hizo muchísima ilusión. Pero no solemos recibir cosas tan guays...

Ahora voy a limpiar la casa porque los de la inmobiliaria nos han mandado una carta y un email (saben cómo estar a la última sin perder las viejas costumbres) para decirnos que van a venir a ver la casa hoy, mañana o pasado y que van a entrar estemos nosotrxs o no porque tienen llaves. Así se las gastan. 

sábado, 8 de marzo de 2014

Resumen

Como últimamente tengo esto un poco abandonado, me estoy metiendo en un bucle muy chungo. Cada vez tengo más cosas que contar y por eso me va dando más pereza actualizar, así que voy dejando que pase más tiempo y se me acumulan las historias.
Así que acabo de decidir que voy a hacer una crónica-resumen (o eso es lo que me creo yo, ¡ja!).

- Primero, creo que debo hacer mención a la visita de Leti y Carlos.
Leti es una amiga de Miguel que vive en Australia hace ya unos ocho meses con su novio. El lunes de la semana pasada vinieron a Nueva Zelanda para viajar por aquí durante tres semanas y comenzaron su aventura por Auckland. Estuvieron en casa desde el lunes de madrugada hasta la mañana (tempranísimo, pobres...) del viernes, día que cogían su avión a la isla del sur.
La verdad es que lo pasamos bien con ellxs. Yo pude tener mi primer día libre en...¿seis semanas? y lo aprovechamos para ir a Waiheke, una isla que está a cuarenta minutos de Auckland en ferry.
A pesar de que yo no estaba pasando mis mejores días (menuda colisión he tenido con lo de los hongos -que al final no eran hongos, ahora va esa historia), disfruté un montón poder salir, ir a la playa, descansar...¡y escuchar el acento español! ¡Ja! Muy buena gente, sin duda.

- Digo que el segundo punto a tratar son las ronchas de mi cuerpo. First of all, you need to know I´m really better. Estoy mucho mejor, sí.
Y la cosa es que al final no eran hongos...o eso parece.
Finalmente, según conclusiones a las que hemos llegado entre la experiencia de una amiga de Miguel y el segundo diagnóstico de Vicente, lo que he tenido es un virus llamado Pitiriaris rosada. De causa desconocida, parece ser que es un virus que sólo se tiene una vez en la vida y que comienza con una gran mancha (la mancha madre o mancha heráldica, creo que he leído por ahí) que sale en el pecho o la tripa. Luego las manchas empiezan a sucederse por todo el torso, la espalda y hasta las piernas (al menos en mi caso). Pica, pero no es peligroso ni contagioso. Y no se puede hacer nada. Pero yo, creyendo que eran hongos, hice absolutamente todo lo contrario de lo recomendado. Parece ser que conviene tomar antihistamínico, pero yo dejé de tomarlo. El sol ayuda. Y yo en la playa lo intenté evitar. La cortisona también. Y cuando yo me compré la pomada antifúngica, rechacé la que tenía cortisona...Pero a pesar de todo ello, ya estoy mucho mejor. Parece ser que sólo las semanas lo curan, así que en ello estamos...
Desde aquí quiero agradecer a Vicente su paciencia y ayuda. Me ha contestado incansablemente a todas mis dudas y preguntas y me ha ayudado en la distancia. ¡Eso sí que es un cuñado!

- Debéis saber que ayer ¡ME SUBIERON EL SUELDO! Yo cobraba $13 y estaba pensando pedir un aumento porque, la verdad, creo que hago bien mi trabajo. No trabajo demasiadas horas y lo que gano se me queda un pelín corto. Lo comenté con Ludmila (la manager) y Héctor (el chef jefe), gente súper buena onda, y al día siguiente vino Mark, mi jefe, y me dijo que desde ayer, incluyendo ya la semana que termina hoy (porque cobro los sábados), gano $15 por hora. Dos dólares más por hora pueden suponer, por ejemplo esta semana, $64 más. Bien pensado, son unos $250 al mes!
La verdad es que sigo muy a gusto donde estoy. ¡Y ahora más!
Sigo en la academia, pero ahí me queda poco para acabar con los grupos que tengo ahora mismo y no sé si después van a salir más o qué va a pasar.
Además, tengo una nueva alumna particular. Empezamos el próximo miércoles. Ahora mismo, entonces, tengo dos alumnxs particulares y tres grupos en la academia. Ya os contaré qué pasa con la academia en las próximas semanas. Por un lado quiero seguir, pero por otro llevo muy mal no tener ni un día libre en toda la semana...porque aprovecho los dos días libres del restaurante para trabajar ahí. Este martes es mi último día con los grupos de los martes, así que el siguiente martes, esperando que no haya salido ya un nuevo grupo, ¡tendré el día libre!
Para terminar con el grupo de los miércoles aún me queda un poquito más (unas tres semanas).

Estoy deseando que llegue mi madre. Ya tengo reservado el hotel en Bay of islands. No es por dar envidia, pero deberíais buscar fotos en Internet...

Por otro lado, quiero contar que hoy nos ha dado a Miguel y a mí por conocer qué dice la ley neozelandesa sobre el aborto y hemos descubierto que es ilegal excepto en caso de violación, riesgo para la vida de la madre, problemas de salud física o mental y/o defectos del feto. A eso vamos en España, supongo. Tenéis que ver este mapa. Mirad cómo España va a cambiar de color (ahora es azul, que significa "legal" -fin del tema-) y va a dejar de ser como la mayoría del resto de Europa...

Como hoy es 8 de marzo, no podría terminar esta entrada de otra manera. Sólo quiero recordaros que si sigue habiendo un día de la mujer, es porque todavía queda un larguísimo camino por recorrer.
No nos felicitéis, no os felicitéis. Seguid luchando.

Va de hongos

Después de los capítulos del grano en el culo y los hongos en las uñas de los pies, tengo el placer de presentaros el nuevo capítulo: "¡ahora los hongos me invaden entera!".
Hace como dos semanas, o quizá algo más, empezaron a salirme unos granitos rojos que se fueron convirtiendo en ronchas que luego fueron abultándose. Pero yo, que nunca me he caracterizado por la rapidez en la actuación cuando se trata de problemas de salud, dejé pasar el tiempo. ¿Para qué ir al médico o a una farmacia pudiendo esperar a que las ronchas me ocuparan toda la tripa y el pecho? Cuando empezaron a salirme por los muslos, decidí que había que actuar. Fui a una farmacia y me dieron un antihistamínico pensando que se trataba de una alergia. Cuando ya habían pasado seis días y seguía exactamente igual o peor, escribí al seguro y me confirmaron lo que me temía: no me cubría la consulta. Me puse a investigar y no encontré consultas más baratas de $100, así que le mandé unas fotos a Vicente, el hermano mayor de Miguel, que es médico, acompañadas de una explicación sobre la evolución de mis nuevos amigos.
Él me dijo que si no era alergia (también cabía la posibilidad de que fuera una alergia más fuerte de lo que el antihistamínico podía resolver), entonces podían ser hongos. Al parecer aquí son bastante normales. Mucha humedad…
Me dijo que tenía que darme una pomada que pude conseguir sin receta, pero dado el grado de extensión, lo suyo era tomar un antifúngico por vía oral también. Y ahí empezó lo divertido. A pesar de que lo intenté de todas las maneras en diferentes farmacias (apelando al argumento de autoridad “mi cuñado es médico”, intentando dar pena -“por favor, por favor, no tengo dinero para ir al médico”- o haciéndome la que no sabía nada -“ah, ¿que no puedo conseguir eso sin receta médica?”-), en todas me dieron con la puerta en las narices. En ese momento, intentando evitar pagar un pastón a un médico para que me hiciera una receta de lo que yo ya sabía que necesitaba, Miguel se acordó de Julia, una española encantadora que nos invitó a cenar a su casa hará como un mes (es la hermana del novio de una prima de Miguel y vive aquí hace años porque está casada con un kiwi). Efectivamente, tenían un amigo médico que me hizo la receta. ¡Premio!
Llevo cinco días tomándome las pastillas y hoy, por fin, ha sido el primer día que he empezado a ver un cambio…pero me parece que va demasiado lento.
A lo mejor Miguel acaba saliendo con un champiñón. Yo estoy intentando evitarlo.