viernes, 7 de febrero de 2014

Fin de las rastas

Me he cortado las rastas.
Sabía desde hacía mucho que este día llegaría pronto y sabía hacía tiempo que sería Nueva Zelanda el lugar que vería caer los pelos enredaos que tanto tiempo me han acompañado, pero esta mañana lo he visto clarísimo. Ayer ya estuve a punto, pero al final me contuve porque casi tenía que irme a trabajar. Cuando me he despertado hoy, lo he visto claro. Se acabó. Cierro ciclo.
Algo se removió ayer dentro de mí. Y las rastas aún me ataban. Me pesaban, literal y metafóricamente.
Ahora estoy decidiendo si me corto también el pelo. Es sabido que nunca me he caracterizado por tener mucho pelo, pero imaginaos el destrozo ahora. Me he tenido que cortar las rastas bastante al ras, de modo que ahora me acompañan unos pequeños kirikis que no valen para nada. Ya veré si termino de cerrar ciclo cortándome el pelo. Eso aún no lo tengo claro.

Este blog recibe la noticia porque esta anécdota es parte de mi viaje también. Creo que cualquier viaje en el espacio ha de ser también un viaje hacia dentro. Pienso que ya es sabido que este viaje que me ha traído hasta Nueva Zelanda (la otra punta del mundo, no me canso de repetirlo) es, más que otra cosa, un viaje interior. Se trata de crecer, de enfrentarme a mí misma, de preguntarme por qué, de aprender de mí y conmigo, de escucharme, quererme y cuidarme, de atreverme a hacer lo que nunca había hecho (porque no había sido capaz o porque no me lo había planteado).
Estoy aquí para aprender inglés, para alejarme de todo lo que quiero y así verlo de otra manera, para saber poner las cosas en su sitio con perspectiva, para querer más y mejor lo que tengo que querer y para desprenderme del pasado, para ser mejor persona, para demostrarme que soy la dueña de mi vida, que llevo las riendas del tiempo que tengo y para comprobar que la gente es gente en cualquier parte del mundo, a pesar de las diferencias fruto de mundos disímiles en un mismo mundo. Estoy aquí para evidenciar que los sueños se hacen realidad, para sonreír, para ser feliz, para esperar con ganas y mucha ilusión la visita de mi madre, para leer, escuchar música y aprender a tocar la guitarra.
Estoy aquí porque yo he querido y eso me hace sentir poderosa.
Y cierro ciclos porque abro otros mucho mejores.
Sí, soy feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario