Pues sí, ya hay fecha.
Mi madre ha comprado el billete y ya sé qué día podré volver a abrazarla. El 19 de abril sobre las 4 de la tarde neozelandesas tendré de nuevo a la madre que me parió entre mis brazos.
Uaaaaah, yuuuuuhuuuuu, aaaahhhhh, aaaaaggggaaaaaaaaaahhhhhhhh, ¡¡síííííííííííííí!!
No me lo puedo creer...
Yo sabía que mi madre siempre cumple sus palabras y hace ya tiempo (más de un mes) que no me cabía ninguna duda de que vendría. Pero no era consciente de la alegría que sentiría cuando hubiera una fecha segura. Joder...las palabra se quedan cortas. Nunca he sido muy amiga (toma expresión de mi abuela) de los emoticonos (aunque mi vida ha cambiado desde que existen en ella el WhatsApp -benditos bichos- y la carita comecocos del Facebook), pero ahora siento la necesidad imperiosa de pegar aquí caras mega-sonrientes, de esas que abren bocas llenas de dientes.
Quiero decir desde aquí que mi madre es la persona más valiente y entregada que conozco. Sí, sí, sí. Tal cual. No me cabe ninguna duda.
Joder, maama, lo que vales.
Mader, ai cant güeit!
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