La pesadilla continúa. Ayer intenté pagar en un supermercado con la tarjeta y…¡seguía bloqueada! Después de haber llamado un día antes a España y después de que la amable mujer (toma ironía) nos dijera que en media hora el problema estaría resuelto…todo seguía igual.
La colisión mental en la que
entré sólo la sé yo. Quise matar a todas las personas que trabajan para Evo
Banco, al que odio desde mis entrañas más profundas.
Así que de nuevo tuve que usar la
tarjeta de la Caixa y sus directivos volvieron a frotarse las manos.
Ayer descubrí también que la
Caixa me ha cobrado 18 euros de comisión por sacar 380 euros. Si ya me parecía
exagerado lo que se habían cobrado haciéndome el cambio como les ha salido de
las mismísimas narices (10 céntimos por cada dólar peor que en otro sitios o
que en Evo Banco), ahora resulta que no tenían suficiente con eso.
Pues bien, por la noche intenté
de nuevo hablar con Evo. Seguimos sumando dinero…Y el que me atendió en esta
ocasión me dijo que se están separando de Caixa Galicia y que aunque mi tarjeta
figura ya desbloqueada (me lo juró aun cuando yo le estaba contando que había
intentado pagar con ella unas horas antes y no había podido), puede que no
me sea posible utilizarla hasta el lunes porque tienen los servidores
bloqueados. ¿Cómo os quedáis? Si no llego a tener dinero en otro banco, habría
estado seis días sin un solo euro o dólar neozelandés porque Evo Banco funciona
como quiere. Increíble. Al principio flipábamos pensando que nos podíamos haber
quedado sin la casa por no poder conseguir el dinero de la fianza. Ahora flipamos
pensando que podíamos habernos quedado sin comer.
Como dije en Facebook hace unos
días, hemos descubierto que Dios existe y está en Auckland poniéndonos a prueba
cada cinco minutos. Así que hoy ha decidido hacerlo con el ordenador. Se ha
jodido y así ha estado un buen rato. Al parecer, es el ventilador. Miguel ha
intentado desmontarlo después de que yo volviera a entrar en colisión mental y
no hemos sido capaces porque hay una parte que no podemos sacar. Al encenderlo
de nuevo, parece que el ventilador vuelve a moverse, pero suena mucho y se
caliente más, así que yo no sé lo que durará este apaño. Si veis que
desaparezco, dad por muerto mi ordenador.
Pero como no quiero que todo lo
que cuento parezcan calamidades, vamos a dar por zanjado el tema de las
desgracias y vamos a pasar al de las anécdotas:
Me parece interesante contaros
que hemos flipado con la luz del atardecer. Yo notaba algo raro, pero no sabía
qué era. Y comentándolo con Miguel, me dijo que él cree que parece luz de
amanecer. No sé si tiene sentido. Debería investigar al respecto para no decir
una paletez, pero como hay confianza, os lo cuento. ¿Será porque estamos en el
otro hemisferio? ¿Alguien tiene algo que decir a este respecto? No hemos visto
amanecer, pero suponemos que entonces la luz del amanecer debería parecer de
atardecer, ¿no? La noche dura muy poco, porque a las 21 sigue habiendo claridad
y yo me he despertado algún día sobre las 6 de la mañana y ya hay luz de sobra.
No sé cuándo amanece.
Ayer estuvimos paseando por
Auckland para seguir conociendo la ciudad (tenemos la impresión de que ya la
dominamos…) y nos encontramos con algo que os va a encantar…Os prometo que ni
una de las palabras que vierto en estas líneas es mentira. Exageración pueden
ser. Mentira, nunca.
Vimos una iglesia-garito gay.
La iglesia la habíamos visto ya
de lejos en otra ocasión. A Miguel le gustó y quiso acercarse, pero la primera
vez que pasamos cerca íbamos con prisa y pensamos que mejor la veíamos otro
día. El caso es que ayer no estábamos lejos y decidimos acercarnos. La iglesia es
de aspecto inglés. Quien conozca Londres sabrá a qué tipo de iglesias me
refiero. Pues bien, lo que podría ser una iglesia con sus fieles, su cura y sus
hostias, es un garito gay. La puerta tiene dos seguratas y una luz rosa. Tal cual.
No sé cómo resaltar más mis palabras. Una iglesia convertida en discoteca gay. Repito:
UNA IGLESIA-GARITO GAY.
Yo quiero tomarme una copa ahí,
pero tengo miedo de lo que pueda costar…Sigo asustada con los precios de las
cosas. Me pego unos sustos que a veces doy un bote en el supermercado. Pero bueno,
lo voy llevando mejor, no os preocupéis. De vez en cuando veo cosas que son más
baratas que en España o alguna que no sobrepasa demasiado el precio del mismo
producto en España y me reconforta, me alivia y me calma.
Hemos comprado aceite de colza
para freír y creo que ha sido la puta peor idea que he tenido en mi vida desde
que dejé de usar pantalones de campana. Por lo demás, parece que empezamos a
comer bien. Nos pegamos unos días comiendo mierda…pero ya vamos comiendo
ensaladas, arrocitos con verdura, pasta con algo que no sea sólo tomate
guarrindongo (así es como se ha llamado toda la vida en mi casa al tomate
Orlando, no sé cómo lo llamaréis en las vuestras)...
Hemos decidido aparcar las
hamburguesas por un tiempo. Aquí hay hamburguesas vegetarianas en muchos
sitios, pero no creo que sea buena idea comer eso cuatro veces a la semana. Hoy
he hecho arroz con verduras y salchichas veganas en un wok eléctrico que
tenemos en nuestra súper casa.
Y cuando llego a este punto y
hablo de la comida que he preparado, creo que es mejor que lo deje.
Mi abuela estaría encantada de
leer esto. Siempre se interesa mucho por lo que como. Mamá, enséñale a la
abuela este texto (o al menos su parte final…sí, sí, también lo de la
iglesia-garito).
Como seguimos esperando las
jodidas tarjetas sim para el móvil neozelandés y no podemos repartir currículum
hasta que no tengamos un número de teléfono en el que recibir la llamada que
nos dé el trabajo de nuestras vidas, igual mañana nos vamos de excursión.
Yo creo que lo de tener que
esperar el número de móvil nos ha venido bien para tener excusa y descansar
tres días. Nos lo merecemos.
Me encanta la idea de vivir en el
futuro. No soy como la de la lejía, pero casi. Cuando yo me levanto para
empezar un nuevo día, suelo pensar que mis seres queridos están terminando el
día anterior, a punto de meterse en sus camas. Creo que es divertido.
Otra vez besos boca abajo.
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