Dios sigue en Auckland
poniéndonos sistemáticamente a prueba. Hoy es jueves y compramos las tarjetas
del móvil el lunes de la semana pasada. Pues bien, después de escribir dos
veces esta semana preguntando qué pasa, nos dicen hoy que han tenido un
problema, que no habían recibido bien nuestro pedido (aunque lo cobraron ese
mismo día, no vayáis a creer) y que nos lo envían hoy sin falta. Dicen que
podemos esperar recibirlo en dos o tres días laborables y, repito, hoy es
jueves. Fuck!
Mi tarjeta de Evo vuelve a estar
bloqueada. Estuvo así desde el día 4, miércoles, hasta el domingo 8, día que
pude sacar y pagar con ella en un supermercado. No había vuelto a utilizarla
desde el domingo y cuando lo intenté ayer de nuevo, miércoles, la máquina me la
rechazó hasta en tres ocasiones. Estaba intentando pagar con ella en una
máquina de autopago de un supermercado y cada vez que me la denegaba, se tenía
que acercar la mujer que trabajaba ahí y ya a la tercera me dijo que si quería
quitar algo de la compra, en plan “a ver, muerta de hambre, si no tienes
dinero, deja algo ya”. Le expliqué que el problema era con la tarjeta, no con
el dinero, y tuve que pagar en efectivo para poder marcharme con mi compra. Lamentable.
Pero la pesadilla continúa. Si escribo a Evo a través de su página web, me
dicen que tengo que hacerlo a través de la banca electrónica (así fue la semana
pasada), pero si intento hacerlo a través de la banca electrónica, como el/la
programador/a debe ser un/a inútil, la página no funciona y después de soltar
la parrafada, me dice que “es necesario introducir el texto del mensaje”. Un bucle
sin fin.
A mí esta situación me está
superando. Lxs odio con todas mis fuerzas. Espero que se les bloqueen todas sus
tarjetas cuando salgan de su pueblo para que sufran como yo. Hoy tenemos que
pagar la segunda semana de alquiler y me temo que no voy a poder sacar el
dinero. Menos mal que somos dos y hacemos un equipo perfecto. Si no, Evo Banco
me habría condenado a la vida de vagabunda.
Por otro lado, quiero contaros que ayer conocimos a todo el vecindario reunido en la calle. "¿Por qué?", me preguntaríais, supongo. Ya he aludido a Dios, ¿verdad? ¿Cuántas veces en vuestra vida habéis tenido que desalojar un edificio al activarse la alarma de incendios? Yo no había tenido que hacerlo nunca en mi vida. Y en diez días que llevo en Auckland...ya lo he hecho. Sí. Anoche conocimos a nuestras vecinas y vecinos porque sonó la alarma de incendios a las diez de la noche, cuando nos encontrábamos en pijama dispuestxs a hacer la cena. Falsa alarma, debió ser. Lo suficiente para fastidiar un rato, hacernos bajar a la calle, ver llegar dos camiones de bomberos (que no tardaron nada, alucinante) y volver a subir a casa a los diez minutos.
Como me dijo mi madre cuando se lo conté, "más historias para contar a mis nietos". Auckland is amazing.
Por otro lado, quiero contaros que ayer conocimos a todo el vecindario reunido en la calle. "¿Por qué?", me preguntaríais, supongo. Ya he aludido a Dios, ¿verdad? ¿Cuántas veces en vuestra vida habéis tenido que desalojar un edificio al activarse la alarma de incendios? Yo no había tenido que hacerlo nunca en mi vida. Y en diez días que llevo en Auckland...ya lo he hecho. Sí. Anoche conocimos a nuestras vecinas y vecinos porque sonó la alarma de incendios a las diez de la noche, cuando nos encontrábamos en pijama dispuestxs a hacer la cena. Falsa alarma, debió ser. Lo suficiente para fastidiar un rato, hacernos bajar a la calle, ver llegar dos camiones de bomberos (que no tardaron nada, alucinante) y volver a subir a casa a los diez minutos.
Como me dijo mi madre cuando se lo conté, "más historias para contar a mis nietos". Auckland is amazing.
Pero como no todo pueden ser
malas noticias, he de contaros que me han salido mis primeras clases de español
con un chico que lo estudia en la universidad y que quiere un refuerzo ahora,
en verano, pero que tiene en mente continuar las clases cuando empiece el nuevo
curso. De momento van a ser dos horas a la semana, lunes y miércoles, y le
cobraré $25 por hora (15 euros). El chico parece majo. Me ha dicho cómo buscar
en Facebook los grupos de alumnas y alumnos que atienden a clases de español en
la universidad y ya he pedido unirme a unos cuantos para anunciarme en ellos. Igual
a través de esos grupos consigo más alumnas y/o alumnos.
Por otro lado, ayer escribí a un
restaurante español que montaron hace unos años una pareja neozelandesa y él me
ha dicho que vaya mañana por la mañana. Igual por ahí sale algo…Ya os contaré.
Ayer estuvimos paseando por
Mission Bay. Es la playa más cercana a Auckland (unos 15 minutos en autobús) y
el lugar donde se encuentra el restaurante mexicano donde trabaja el conocido
que tiene Miguel aquí, donde va a intentar él conseguir trabajo. Fuimos a conocer
la zona a pesar de que hacía bastante malo y nos reímos un rato. No podemos
entender esta sociedad. Creemos que nunca vamos a ser capaces de integrarnos
porque no es normal cómo hacen deporte. Nunca seré una de ellxs. Imposible. Jajaja.
Todo el rato pasan corriendo o montando en bici, pero es que ayer nos encontramos
con una súper competición en la playa en la que participaban mujeres y hombres
de todos los tamaños y tallas y variedad de edades y colores (aunque
predominaba el blanco nuclear, no vayamos a creer que aquí no son guiris). El caso
es que la competición consistía en hacer un mega-recorrido subidxs en una
especie de tabla de surf que dirigían con un remo. Increíble. Seguimos la
competición de cerca, decantándonos por Mark Spencer cuando vimos que era el
que tenía más posibilidades de ganar. Y así fue. Ganó nuestro preferido. Nosotrxs
no animamos a cualquiera, ¿eh? Vamos con lxs ganadorxs.
Después de esos momentos de
tensión máxima, volvimos a casa haciendo la mitad del camino andando y la
otra mitad en autobús. Cuando nos subimos al bus, que estaba vacío, el
conductor nos dijo “take a seat, take a seat” y así nos ahorramos los dólares
del bus de vuelta. To majete.
Por las noches nos ponemos un
rato la televisión en inglés e intentamos hacer oído. Podemos encontrar todo
tipo de programas de diferentes nacionalidades. A estas alturas creo que tengo
bastante claro que los que peor entiendo son los neozelandeses. Sí. Así es. Hablan
to raro. A mí toda la vida me habían enseñado que la letra A en inglés se decía
“ei”, ¿no? Pues no. Aquí es “ai”. Así que no somos de “Spein”, aquí comos de “SpAin”.
Por ese mismo motivo, hacen algo raro con la letra E también. A mí me
desconciertan, qué queréis que os diga. Pero a ver…no vayáis a confundiros…Diciendo
esto así, parece que hablo inglés. JA! No, no. Sólo digo que me desconciertan
desde mi profunda ignorancia. A veces me deprimo un poco y siento que me va a
costar más de lo que ya sabía que me costaría. Pero juro por lo más sagrado que
yo no vuelvo a España hasta que pueda poner en mi CV “nivel alto de inglés”
siendo verdad, cosa que no abunda en nuestro país. Desde aquí os lo pido: por
favor, vamos a dejar de poner “nivel medio” o “nivel alto” de inglés en el CV
cuando no es cierto…Aquí querría yo ver a la mitad de las personas que ponen
eso en sus currículums…Ja! Bueno, bueno, cada cual que haga lo que quiera…Al
fin y al cabo, en España se valora que ponga eso en el CV, pero luego no se
utiliza para nada. Pedir inglés es sólo por joder. Una criba más. Un impedimento
más.
Yo volveré hablando inglés me
cueste lo que me cueste. Os lo prometo.
Tengo que enterarme bien porque
al parecer hay clases de inglés gratis en la universidad. Clases y gratis. Dos palabras
importantes y juntas. I like it!
Bueno, bueno, de momento voy a
dejaros. Pero no querría hacerlo sin contaros primero que en la televisión neozelandesa hay un canal llamado Parliament que se dedica, veinticuatro horas al día, a retransmitir lo que sucede o ha sucedido en el Parlamento o noticias relevantes relacionadas con el gobierno. Las pocas veces que lo hemos puesto, haciendo zapping, hemos podido ver a sus políticas y políticos parlando en el Parliament.
Tengo pendiente una entrada mucho
más reflexiva y filosófica que ésta, pero igual me la reservo para mañana. Ahora
de momento os dejo porque tenemos que pagar el alquiler y comernos unas
hamburguesas.
¡Besos del revés!
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