Los últimos días no hemos estado
en casa. Por eso no he escrito nada. “¿Y por qué no habéis estado en casa?” os
preguntaréis. Habrá quien piense incluso algo así como “uy, qué gente más
fresca”. Pero es que es Navidad, claro. Y estábamos celebrándolo. No. Ya en serio.
Hemos estado con Litos y Becks (unxs maravillosxs amigxs de Miguel) en casa de
Becks. Como esto lo lee gente muy diferente, tengo que explicarme bien para que
todo el mundo pueda seguirme. Perdonadme quienes ya sabéis lo que voy a contar
ahora. Litos es un amigo de Miguel de Villa que toca en su grupo. Hace unos
años estuvo un tiempo viviendo en Londres y allí conoció a Becks, la que hoy es
su mujer. Ella es neozelandesa y aunque viven en España, han venido a pasar las
navidades con la familia de Becks y a celebrar aquí su boda. Supongo que la
mayoría recordaréis la boda a la que fui en agosto en Toledo, ¿no? Pues era la
boda de Litos y Becks.
Como digo, hemos pasado con ellxs
los últimos días. El plan era irnos a pasar la Nochebuena a casa de la familia
de Becks (viven en Raglan, una ciudad a unas dos horas y pico de Auckland),
pero el día 24 nos encontramos con que no había billetes para llegar allí…así
que por un momento pareció que nos quedábamos sin verlxs, pero aquí empieza el
cúmulo de cosas maravillosas que han hecho por nosotrxs: ¡¡vinieron a buscarnos
a Auckland!! Esta entrada va a ser en gran parte, como ahora comprenderéis, una
oda a Litos, Becks y la familia de Becks. No podéis llegar a imaginaros lo bien
que nos han tratado…Amazing!
La noche del 24 cenamos en casa
de Becks con ella, Litos, la hermana de Becks (¡genial!) y sus padres (una cosa
es ser hospitalarixs y otra cosa ya es lo de esta gente). Al parecer, aquí la
Nochebuena no es demasiado importante. No se celebra mucho. El día importante
es el 25, la comida de Navidad. Ese día vinieron a comer más amigxs y familia:
el hermano de Becks con su mujer, su hija y su hijo; sus abuelos paternos; un
matrimonio amigo de la familia…en definitiva, ¡un montón de gente!
El sitio donde viven es una
pasada. Tienen una casa genial que construyó el padre de Becks a unos 2 km
de Raglan en un entorno alucinante: verde, verde y más verde. ¡Muy bonito! El día 26 fuimos a una cascada que hay cerca que es increíble. Sí, sí. Sé que queréis fotos...¡Pronto, pronto!
Hemos comido y bebido un montón,
nos han tratado increíblemente bien, han sido súper simpáticxs y cariñosxs, han
hecho lo imposible y nos han tratado como si nos conocieran de toda la vida a
pesar de la traba del idioma. Miguel ha vuelto muy motivado, yo menos. Me explico:
me ha frustrado un poquito no entenderlxs…Se me ha hecho muy complicado. Si me
hablaban a mí, despacio y sobre cosas simples, sí. Pero cuando hablaban entre
ellxs…¡puff! Igual por el contexto o por palabras sueltas…era capaz de
enterarme de qué hablaban. Pero no mucho más. Creo que esto va a ser más
complicado de lo que pudiera parecer.
El día 26 de diciembre aquí
también es fiesta nacional. Lo llaman Boxing
day y todo está cerrado igual que el día 25. Nos fuimos a un festival de
reggae al que también nos han invitado (como a todo, somos unxs tristes muertxs
de hambre y ellxs una gente generosa). Los conciertos eran en un sitio llamando
Waihi Beach en la costa este (Raglan está en la cosa oeste), también como a
unas dos horas de Auckland, pero a la misma distancia de Raglan (vaya, que
hemos hecho un triángulo en viajes: Auckland-Raglan-Waihi Beach-Auckland). Nos lo
pasamos muy bien y después dormimos en un bungaló que alquilaron cerca del
festival. Esta mañana cuando nos hemos levantado, hemos vuelto a Auckland,
donde me encuentro ahora escribiendo estas líneas.
Creo que es importante hablar
sobre la revelación que tuve ayer por la noche cuando volvimos de los
conciertos. Becks y su hermana charlaban animadamente en el jardincito, supongo
que muy contentas de estar juntas y dejando claro que tienen una muy buena
relación, cuando yo me di cuenta de algo importante. Lo vi más claro que nunca.
Lo vi clarísimo: no podría vivir lejos de mi hermana demasiado tiempo. No podría
vivir lejos de mi hermana sabiendo que no es algo temporal. Antes de ayer pude
hablar con ella un buen rato por el Line
y me dio una sensación rara en el estómago al pensar que me hacía un resumen de
su vida. Nos escribimos mucho, nos mantenemos al día, pero oír su voz me
emocionó, me quedé un poco helada y no sabía bien por qué. Repito: anoche me di
cuenta. No podría vivir lejos de mi hermana. No por mucho tiempo. No soportaría
no estar ahí cuando le pasen cosas importantes de las que hablar. O tonterías. Cuando
tenga que salir. O entrar. O llorar. O reír. O…o…o…nonono. No puedo estar lejos
de ti, Silvia. No quiero saber de ti desde la distancia. Quiero estar en tu
vida, vivirla contigo, ser parte activa de ella.
Pero bueno, sigo con lo que os
contaba: ellxs han venido a Auckland a recoger a una amiga que aterriza aquí y
que viene para la boda, así que hoy dormirán en casa y mañana se van muy
temprano a buscarla al aeropuerto.
Como he empezado por lo más
actual, por lo último que ha sucedido, ahora he de ir retrocediendo en el
tiempo. Si mal no recuerdo, me quedé en que tenía que hacer otra prueba más en
el restaurante, ¿no? Pues bien, la cosa es la siguiente: cuentan conmigo, pero
para el poco trabajo que hay. Eso quiere decir que no trabajaré demasiado. Esta
semana, sin ir más lejos, se suponía que tenía que trabajar viernes (hoy),
sábado y domingo, pero me han mandado un sms esta mañana para decirme que al
final no hacía falta que fuera hoy. Por un lado me ha fastidiado, porque
necesito el dinero; pero por otro, como venía cansada del viaje y están aquí Litos,
Becks y su hermana, si no trabajo, puedo pasar la tarde con ellxs. Ahora
están en el acuario y Miguel y yo nos hemos quedado aquí comiendo y
descansando, pero volverán en un rato y me apetece estar con ellxs porque
mañana se van temprano y ya no lxs veré hasta el día 4, que celebran la "boda".
Como contaba, fui el domingo a la
prueba y Mark, el jefe, me dijo que volviera el lunes para la hora de las
comidas. Trabajé de 12 a 2 y Ludmila, la manager (aquí llaman “manager” a todo;
en España diría la encargada) me dijo que esa tarde-noche hacían una staff-party por Navidad. Me dijo que me
pasara un rato y, sinceramente, cuando llegó la hora de ir para allá, como
estaba cansada, me daba un poco de pereza. Pero aún así hice el esfuerzo por
ver a mis compañeras y compañeros y porque había quedado con una de mis
compañeras, que es italiana (ya os he hablado de ella, se llama Sara). No sé si
he explicado ya dónde está el restaurante. Es una cosa curiosa. Eran unos antiguos
establos y ahora todos los restaurantes ocupan las paredes que cerrarían el
antiguo establo y el centro está lleno de mesas compartidas. Eso quiere decir
que la gente pide donde quiere (en cualquier restaurante) y se sienta donde más
le apetece. En la fiesta no sólo estaba la gente de mi restaurante, sino que había
gente de todos los locales, así que éramos un montón.
Bueno, pues ahora llega la parte
predecible…A pesar de que estaba cansada y aunque tenía el cuerpo hecho polvo,
se me hizo un poco tarde…Puedo decir que estoy oficialmente dentro. Jaja... Cuando
llegó el momento de marcharse de los establos, a eso de las 12, ya se había
hecho un grupo bastante animado de gente que quería continuar. Hay que decir
que la mayoría eran latinxs, pero la presencia de la italiana (que se marchó
pronto) y de dos brasileños muy simpáticos nos obligaba a hablar en inglés. Fuimos
a un bar en el que no estuvimos demasiado rato y luego Isaac, un mexicano bien
majo, nos propuso ir al backpackers
(literalmente, “mochileros”, es un hostel barato) donde trabaja de
recepcionista. Allí estuve hablando con unas y con otros y poco a poco la gente
se fue yendo. Al final quedábamos Isaac, otro chico mexicano, un chileno, un
argentino y yo. Y con ellos que se me hizo de día allí. La verdad es que me lo
pasé muy bien, fueron resimpáticos y hablamos de un montón de cosas. Como todos
están aquí sin familias, celebraban allí la Nochebuena en amor y compañía y me
invitaron a que fuera con Miguel, pero como nos íbamos con Litos y Becks...Cuando
al día siguiente creímos que no íbamos a conseguir llegar a casa de Becks, le
dije a Miguel que podíamos irnos allí. En Nochevieja también se reunirán. Al
parecer, la idea es que cada cual lleva comida de su lugar de origen y se echan
unas risas y unas cervecitas. Así que lo mismo empezamos el año allí. Si no, mi
compañera italiana, que vive con su novio (también italiano) y con dos
japonesas, me ha dicho que podemos apuntarnos con ellxs, así que ya os contaré.
De momento, sólo quiero recordaros que empezaremos 2014 antes que nadie en el
mundo.
No hay novedades sobre trabajos,
pero sí puedo decir y digo que hemos contratado nuestro móvil con la jodida
peor compañía de New Zealand. ¿Por qué? Porque hemos estado sin cobertura los
tres días que hemos estado fuera de Auckland. Esperemos que no nos hayan
llamado porque tampoco recibimos sms de llamadas perdidas, así que si alguien
nos ha llamado, no sólo no hemos recibido la llamada sino que tampoco podríamos
devolverla…Sin comentarios. Supongo que los días 25 y 26 no nos habrá llamado
nadie (fiestas nacionales), pero hoy 27 hemos conseguido tener cobertura a las
12 y pico de la mañana, así que…
A decir verdad, tengo la
impresión de que me dejo un montón de cosas por contar, pero supongo que serán
detalles pequeños, cositas sin demasiada importancia, esas cosas que tanto me
gusta compartir. Yo qué sé…por ejemplo…que Miguel vive obsesionado con abrir el
buzón (¡ABUELA, HOY HE RECIBIDO TU CARTA!) o que le encanta ver Maori
Television, un canal que no es especialmente interesante según mi punto de
vista.
Ya me conocéis, podría tirarme un
buen rato compartiendo chorradas, pero creo que es mejor que vaya a despertar a
Miguel para hacer la compra, eso que tanto nos gusta.
Espero que estéis pasando unos
días maravillosos, pero no menos que el resto del año. Comed, bebed, reíd,
disfrutad y brindad a nuestra salud. Nosotrxs lo haremos a la vuestra.
Muchos besos
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