viernes, 6 de diciembre de 2013

Una entrada dedicada a EVO BANCO. Desde Nueva Zelanda con amor.



Los semáforos de esta ciudad son insoportables. Duran una eternidad. Tenemos la sensación de que tardamos mucho más en llegar a los sitios porque tenemos que pararnos cada dos por tres más tiempo del que parece que viene a cuento. Quiero contaros una curiosidad que nos sorprendió al principio, pero a la que ya nos hemos acostumbrado. En los cruces grandes en todo el centro de la ciudad se ponen en rojo para los coches los cuatro semáforos a la vez, los semáforos de las cuatro calles que convergen en el cruce. Y cuando pasa eso, la gente cruza a lo loco. Esto quiere decir que no sólo se puede cruzar de una acera a la de enfrente, sino que también se cruza a la que pilla en diagonal. Se lían unas…Porque cruza todo el mundo a la vez en todas las direcciones y, trust me, cuando digo “todo el mundo” quiero decir “a lot of people”.
Yo me pregunto cómo he podido empezar esta entrega refiriéndome a los semáforos cuando tengo tantas cosas importantes que contar y me respondo que debe ser porque mi cerebro no soporta más. Hemos pasado unos estreses que no se los deseo ni a mi peor enemigue (¿habéis visto qué divertido es el uso de la e para el neutro?).
Como muches ya sabréis, tenemos casa, una casa estupenda y maravillosa, el estudio al que me refería en la entrada anterior. El estrés se lo debemos a nuestro querido EVO Banco. Una gente maja, sin duda…
Nos abrimos una cuenta con este banco porque no cobra comisiones por sacar dinero en el extranjero (se puede sacar gratis hasta cuatro veces al mes). El caso es que cuando quisimos sacar el dinero de la fianza (too much money, I know it!), parece ser que el servidor les petó. Nos parece muy bien que decidan bloquear tarjetas por motivos de seguridad, eso está muy bien. Pero si es así, sería genial que mandaran un sms o un email diciendo “oye, que igual te han robado la tarjeta y han intentado sacar 1000 euros). Pues no, no. Esta gente decidió que era mejor no decir nada, bloquearnos la tarjeta y esperar a que intentáramos sacar dinero en todos los cajeros de Auckland para que al abrir el email pudiéramos leer unos dieciséis emails que decían que habíamos sacado dinero cada una de las veces que lo intentamos. Me explico: como NECESITÁBAMOS el dinero para no perder la casa y como nadie nos dijo que teníamos un límite diario y tampoco nos avisaron de que la tarjeta estaba bloqueada por seguridad (el cajero simplemente decía que no era posible realizar la operación), nosotres seguimos intentando sacar el dinero y EVO nos fue mandando alertas cada vez que lo hicimos diciendo que habíamos sacado ese dinero. Muy divertido. Si quieren que me crea que lo hicieron por seguridad, lo suyo habría sido que esos emails dijeran “han intentado sacar x dinero con tu tarjeta”, no “has sacado x dinero con tu tarjeta”. Si de verdad hubiéramos sacado todo lo que decían los emails os podría pagar un billete de ida y vuelta a cada una y cada uno para venir a vernos.
Así que nos vimos sin un jodido dólar y a punto de perder la casa que tanto nos gustaba. Afortunadamente, ese día pudimos pagar lo que era imprescindible (la primera semana de alquiler) porque yo la primera vez no saqué mucho de golpe y a mí no me bloquearon la tarjeta hasta la segunda vez, cuando sí que quise sacar mucho dinero porque Miguel no podía sacar nada de la suya (a él se la bloquearon directamente porque quiso sacar a la primera lo que necesitaba).
Perdonad si me estoy extendiendo demasiado, pero es que lo necesito. Ya ha pasado todo y cuando me acuerdo aún quiero gritar. Pero esperad, esperad, no vayáis a creer que esto acaba aquí…
Como digo, pudimos pagar la primera semana y entramos en colisión porque no sabíamos qué hacer. Teníamos veinticuatro horas para conseguir el dinero o nos quedábamos sin la casa. En ese momento empezaron las acrobacias banquísticas (de “banco”, es un término que he acuñado, espero que os guste). Eran las 15:00 para nosotres, las 3:00 en el país del aceite de oliva barato. Y Miguel mandó un WhatsApp a sus padres para pedirles ayuda en cuanto se levantaran, pero al parecer tenían el móvil cerca y se despertaron. Antes de empezar a relatar esta parte de la historia quiero darles públicamente las GRACIAS. ¿Qué habríamos hecho sin ellxs…? Bueno, a lo que voy. Me he aburrido de los detalles. Con un wifi pillado en la calle y a las 3 de la mañana para Mati y Antonio, intentamos explicarles la historia y ellxs quisieron hacernos una transferencia a una cuenta que tiene Miguel en otro banco, pero no hubo forma. Tuvimos que esperar a que fuera su hora de levantarse, unas cinco horas después, para que esto pudiera suceder. A su vez, yo pude tirar de una cuenta de la Caixa en la que me quedaba poquísimo dinero porque justo acababa de hacerme una transferencia a EVO el día anterior para tener el dinero en la cuenta en la que no me cobran comisiones…Ya no sé ni en qué orden sucedieron todas las cosas. Miles de detalles insoportables e inenarrables. El caso es que conseguimos el dinero a tiempo con unas comisiones que no se las cree nadie y hasta el culo de todo, estresades y agobiadísimes. Podría parecer que la historia termina ya, pero NO. EVO quería que siguiéramos divirtiéndonos…
Podéis situaros: ya hemos pagado la fianza y tenemos casa. Parece que todo está bien. Pero…¿habéis pensado que la tarjeta de EVO ya está desbloqueada? ERROR. No lo está. Y el dinero para subsistir se va acabando…Mati y Antonio siguieron intentando conseguir el desbloqueo, pero una vez más entramos en la vorágine irreproducible de acontecimientos. Mandamos emails a EVO contando la movida, nos contestaron diciendo que por motivos de seguridad no podían responder por email y sugiriéndonos amablemente que planteáramos el problema a través de nuestro espacio personal en la banca electrónica; lo hicimos, pero pasaron de nosotres…ni una triste respuesta. Quisimos comprar comida y no pudimos, así que como aún nos quedaba algo de dinero en la otra cuenta, más comisiones…Repito que nos habíamos abierto la cuenta con EVO para evitarlas, pero ahora ya las comisiones empezaban a dar igual. El dinero se acababa…
Y anoche decidimos intentar solucionar el problema nosotres llamando a España (más dinero que sumar a lo que nos han hecho perder). Compramos una tarjeta de esas que se recargan y la recargamos con 10 de los 15 dólares que me quedaban a mí en la cartera. Intentamos usarla, pero no funcionaba. No era inutilidad nuestra, es que it didn´t work. De ninguna de las maneras. Volvimos a la tienda, ya de los nervios, a las 11 y pico de la noche hora neozelandesa, 11 de la mañana en el sitio que pisáis. Y va la tía de la tienda, una asiática con un inglés un poco menos precario que el mío, y nos dice que no es su culpa. Nos tuvo allí media hora y no nos hacía ni caso. Yo le intenté explicar como pude que no teníamos más dinero, que la tarjeta no funcionaba y que necesitábamos llamar a España con urgencia. La tía se metió veinte veces en un sitio cerrado de la tienda donde no veíamos lo que hacía, pero al final dedujimos por cómo siguió la conversación que estaba intentando utilizar la tarjeta para comprobar que lo que le decíamos era verdad. Después de no sé cuánto tiempo, viene y nos dice que la compañía no coge el teléfono (vaya, que no existe) y que no es su culpa. Y ahí ya exploté. Necesitábamos llamar a España para que nos desbloquearan la jodida tarjeta y la tía nos dice que no nos da el dinero que nos queda y que acabamos de invertir en la mierda esa. No sé muy bien cómo fue todo, pero me salió un inglés que desconocía que sé, le expliqué histérica la situación y acto seguido me vi llorando de la rabia. Tiré la tarjeta sobre el mostrador y le dije a Miguel que no podía con la situación. Too much para mí. Según salí yo iracunda, Miguel tuvo que intercambiar unas pocas palabras más con ella, no muchas más. La tía le devolvió el dinero.
Así que fuimos a comprar otra en otro sitio y conseguimos llamar a España. De esa conversación ya ni hablo porque me estoy estresando de nuevo contando la historia. Esto fue anoche, hace escasas diez horas, y se supone que ya tenemos desbloqueada la tarjeta, pero aún no lo hemos comprobado.
Tenemos comida en la nevera, así que todavía no tiene que cundir el pánico.
Estoy segura de que todo esto visto desde la distancia puede parecer una tontería. Igual vosotres no lo veis tan horrible y yo misma me reiré mañana o pasado, pero ayer y antes de ayer no nos hizo mucha gracia. No obstante, aún tuvimos tiempo para tomárnoslo con humor. Hubo momentos de estrés máximo (recuérdeseme a mí tirando la tarjeta sobre el mostrador de la señora cuyo inglés era poco mejor que el mío), pero tampoco vayáis a pensar que estamos sufriendo, ¿eh? Estamos felices y tenemos una casa maravillosa de la que espero poner fotos próximamente.

Quiero referirme ahora al tema de las fotos. Por petición popular, iré subiendo algunas. No obstante, generalmente yo soy más de dejar abiertas las puertas de la imaginación. Sé que esto no es una novela sino un relato real de sitios y personas que existen. Sin embargo, hasta que no me lo habéis pedido, no me había planteado subir fotos porque creo que también tiene magia que yo cuente las cosas como las veo o las siento sin acompañarlas de imágenes que quizá limitan el poder de mis palabras.
Joder, qué mística me acabo de poner.
Que sí, que sí. Que subo fotos pronto.

Os sigo mandando besos cabeza abajo.

2 comentarios:

  1. y yo perdiendome todo esto??? todavia me queda un relato mas ...=)
    Es asi tal cual lo contas, te vayas a Nueva Zelanda, a la China, a Argentina o, mi caso, viniendo a España. Los comienzos del inmigrante son asi ...y sí, te reiras mañana !!! =D

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  2. ¡¡¡joder miriam¡¡¡ tal como lo cuentas es horrible, entiendo la deseperación e impotencia que puedas sentir, menosmal que Miguel debe ser más calmado....
    tranquila que yá sabes que los comienzos de algo tan diferente y distante de tus raizes es dificil de asumir.
    pero yo creo que también estás morriñosa y con miedo y eso influye mucho;yá verás como efectivamente como tu dices de aquí a ná te ries... siempre te quedará ese recuerdo y lo verás como algo insignificante.
    Es increible la manera tan particular que tienes de trasmitir las cosas, es como si uno mismo estuviera allí. mucho animo y suerte que verás que la espera va a merecer la pena.
    ¿por cierto y la academia esa en la que habias hablado desde aquí que al tio le habia parecido muy interesante tu curriculum, que ha pasado?.un besazo y abrazote grandote. Ali también te da muchos besos.

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