Ayer me poseí buscando trabajo.
Es probable que escribiera a todas las empresas afincadas en Auckland y
alrededores y es probable que, incluso, inventara alguna para poder mandarle mi
currículum (nunca sé si poner la tilde a esta palabra porque es una palabra en
latín y, en ese caso, no debería llevarla; pero como es una palabra esdrújula…Así empiezo el día, con las pilas
cargadas).
Como decía, me poseí. Y las
posesiones siempre tienen consecuencias. Si no, preguntadle a la niña del
exorcista…En mi caso, el problema derivado de la posesión ha sido una mega
contractura que me afecta al cuello entero. Estoy jodida. Me tiré más de dos
horas sentada en el sillón con el ordenador en las piernas (estupenda postura,
soy muy lista) mandando mi currículum como si estuviera poseída por el espíritu
del trabajo. Unas personas se poseen por el espíritu de la Navidad y
otras…otras hacemos lo que podemos.
El caso es que he sembrado tanto
que espero recoger un campo enorme. Llegará el lunes, habré recibido tres
emails y dos de ellos serán trabajos-basura, estafas o spam y me deprimiré. Pero ahora mismo estoy súper orgullosa de mí
aunque me duela el cuello como si me hubiera tirado toda la noche haciendo el
pino-puente (anda, mira, será cosa de las posesiones).
Mi especial interés, como ya
sabéis, es encontrar un trabajo como profesora de español. Escribí a varias
academias y a un colegio que busca una profesora de español, pero desde varios
sitios me llegaron correos automáticos diciendo que están cerrados hasta no sé
cuándo (suelen ser fechas a mediados de enero). Hace unos días, le dije a
Miguel que qué en serio se tomaba esta gente la Navidad (todo el mundo unas
pedazo vacaciones…) y luego me di cuenta, claro, de que además de Navidad,
también es verano (¡un aplauso para mí!). De ahí las megavacaciones. Esta gente
también tiene derecho a irse a la playa, digo yo. Ya si luego deciden no salir
de sus coches…eso es cosa suya. Yo no soy quién para juzgar a nadie.
La última entrada fue un poco a
lo loco. Sentía que tenía muchas cosas que contar y la redacté tipo
telegrama-crónica. A veces me agobia un poco tener que contar muchas cosas
porque, pretendiendo contarlas todas y no queriendo extenderme demasiado,
parece que simplemente las enumero. Por eso he decidido volver a escribir hoy.
Para poder escribir tranquilamente sobre tonterías y contar anécdotas estúpidas
y detalles insignificantes. Vamos, lo que a mí me gusta, ya sabéis.
No sé qué os apetece leer, pero
aquí va una retahíla de pormenores, pequeños datos y pinceladas de cómo es
nuestra vida en New Zealand.
Me siguen sorprendiendo algunas
cosas que son diferentes a España y que quizá a otra persona le pasarían
desapercibidas o no le resultarían demasiado importantes: por ejemplo, aquí el
cambio se redondea en todas partes. Si tienes que pagar 15.72 (recordad que
ponen puntos, no comas), te cobrarán 15.70. Pero si, por el contrario, la
cuenta son 15.78, pagarás 15.80. Práctico, ¿no?
Otra curiosidad es que aquí,
cuando terminan las películas en la televisión, ponen todos los créditos. He
dicho TODOS los créditos. No sé si alguna vez habéis visto todos los créditos
de una película…Sí, duran mucho. Mucho. Pues eso.
Parece que esta gente tiene una
pequeña obsesión con las “razas” (¿qué es eso? Mí no saber…La agrupación en
razas humanas no está exenta de polémicas que cuestionan su uso; incluso lxs
antropólogxs especialistas no se han puesto de acuerdo sobre la existencia
misma de las razas humanas, pues muchxs sostienen que la especie humana no
tiene razas). Pero sí, sí. Aquí hablan de razas. No se me ha ido la olla. Por
ejemplo, cuando nos hicimos socixs de la biblioteca, entre los datos que teníamos
que rellenar, uno era “race” (or
something like that). Daba opciones como “maorí”, “asiático de no sé dónde”,
“asiático de no sé qué otra parte”…
Una curiosidad bien relacionada
con estos desplegables para rellenar cosas absurdas es la que le sucedió a
Miguel hace unos días aplicando para un trabajo online (¡MIERDA! Ya digo “aplicar”
traduciendo literalmente el “apply for a job”; la de veces que me he metido con
la gente que lo hace…pero bueno, yo lo hago siendo consciente de que lo hago;
puedo evitarlo si lo deseo). Como digo, estaba Miguel aplicando para un trabajo y en el desplegable de país de
procedencia salía España, pero también salían el País Vasco y Cataluña. Eso justifica
lo que nos pasó el segundo día aquí, cosa que entonces no supimos entender o a
la que no supimos darle la importancia que tenía. Pidiéndole un adaptador para
los enchufes al recepcionista del primer hostel, nos preguntó que de dónde éramos, que si éramos de
Cataluña. No sé muy bien cómo salió la cosa, pero vino a decirnos que lo
preguntaba por los enchufes. No le entendíamos muy bien porque lo que decía era
raro, claro, pero nos estaba diciendo que en Cataluña usan enchufes diferentes
(lo medio afirmaba, medio preguntaba). Llegamos a creer que nos estaba
vacilando. La cuestión es que ahora, después de haber visto lo que os cuento,
entendemos que debe ser que aquí hay gente que no sabe si Cataluña y el País
Vasco son países independientes y creen que son tan diferentes que hasta usan
enchufes diferentes. Mira tú.
Bueno, no querríamos preocupar a
nadie, pero la idea de que estamos de Erasmus (es cosa de Miguel, no termina de entender que no tenemos
ninguna beca -bien, ya, ya sé que ahora tampoco la tendríamos aunque
estuviéramos de Erasmus de verdad-) empieza a írsenos de las manos. ¿Por qué?
Porque creo que hemos bebido prácticamente todos los días desde que llegamos. Siempre
digo que voy a subir fotos y luego nunca lo hago porque me da pereza, pero la
colección de botellas de vino que adorna nuestra casa bien merecería una buena
foto. Miguel se ha vuelto artista (a ver, no, ya sé que siempre lo ha sido,
pero ahora le ha dado por el arte moderno) y está haciendo una escultura con
rollos de papel higiénico acabados junto a las botellas de vino vacías. Quiere
convencerme de que es hermoso ver cómo la luz que entra por la ventana
atraviesa los vidrios de las botellas, pero por otro lado sabe perfectamente
que es postureo. Sólo busca la aprobación de nuestro futuro grupo de amigas y
amigos cuando, al entrar en casa, puedan apreciar lo bien que se nos da
levantar el codo. Y sí, he dicho “futuro grupo”. Por más que Miguel se empeñe…no,
no tenemos amigxs. Yo ya tengo amiguitas y amiguitos del trabajo, pero él no.
Miguel, no tienes amigxs. Asúmelo. Sigues teniendo amigas y amigos en Madrid,
pero aquí no. Skip no es un amigo.
Y hablando de amistad, os diré
que al final tengo que trabajar en Nochevieja, pero luego podremos celebrar la
entrada en el nuevo año con esas amiguitas y amiguitos a lxs que aludo. Le he
dicho a Miguel que se venga a cenar conmigo al trabajo porque no quiero que se
quede solo (a mí la Nochebuena me toca un pie, paso del Señor; pero la
Nochevieja me hace gracia porque se cambia de año y a mí eso de las fechas me
presta, como dirían en Asturias). Ya veremos cómo nos lo montamos.
Bueno, he de decir que Miguel, a
pesar de no tener amigxs, ya domina el inglés. El otro día, por ejemplo, cuando
vinieron a traernos el router, demostró su dominio de la lengua de Shakespeare.
Llamaron a la puerta y como no esperábamos a nadie, nos extrañó. El caso es que
Miguel dijo algo entre “Who are you?”
(¿Quién eres?) y “How are you?” (¿Cómo estás?). Yo soy de la teoría de que dijo “How are you?” queriendo decir “Who are you?”. Los nervios, el momentazo
de que llamaban a la puerta…pero eso es lo de menos. Lo surrealista es que el
tipo del router, entendiendo “How are
you?”, vio muy normal que le preguntaran “¿cómo estás?” con la puerta cerrada y, ni corto ni perezoso,
contestó “Fine, thank you, and you?”
(Bien, gracias, ¿y tú?). Ridículo. No
sé si os lo imagináis, pero yo estuve meándome diez minutos.
Esta anécdota me sirve para ir
terminando esta entrada con un enorme GRACIAS dedicado a Miguel y a su amigo
Pablo por su infinita paciencia. Después de la odisea que ha sido conseguir que
nos trajeran el router (casi una semana escribiéndonos con el tío de la
empresa, un pequeño inútil sobre el que no querría hablar), cuando al fin
llegó, resulta que no funcionaba. Pues bien, mientras yo me iba de parranda con
mis amiguitas y amiguitos (véase la entrada anterior -¿o es la anterior a la
anterior?-), Miguel dedicó nosécuántashoras
a solucionar el problema, ayudado vía WhatsApp
por su amigo Pablo. Inestimable ayuda y gran paciencia la de ambos. No sabría
explicaros cuál era, finalmente, el problema. Pero creo que os importa una
mierda y yo no tengo ni idea. Como mi ayuda no habría servido de nada, pensé
que era mejor emborracharme.
A ver, no. No. Que no sé qué vais
a pensar…Yo me fui a la fiesta de mi trabajo y a eso de las 12 y pico volví a
casa porque no tenía batería en el móvil y quería preguntarte a Miguel si le
apetecía venirse un poco, me lo encontré con ese percal, me dijo que tenía que
terminarlo, quedé en llamarle en media hora desde el móvil de una compañera
para ver si se apuntaba después, cuando le llamé me dijo que seguía liado y que
no me preocupara y yo no me preocupé. Fin. No soy una mala novia, ni una mala
persona. Sólo soy una inútil tecnológicamente hablando.
Creo que he sabido justificarme
bien.
Ahora voy a ver si empiezo el día
dándome una ducha con agua bien caliente que me alivie un poco este tormento
que tengo por cuello. Sé que el tiempo que he dedicado a esta entrada no ha
sido lo mejor para mi nuevo cuello modelo collarín, pero tenía que escribiros…
(Este último párrafo es un
añadido posterior: sólo quiero que sepáis que Blogspot me la ha jugado (no entraré en detalles) y he tenido que
volver a copiar, letra por letra, casi toda la entrada. Creo que me voy directa
a urgencias a que me corten el cuello).
Besos (boca abajo, como siempre, pero con mucho dolor de cuello).
Miriam!! Soy Rocío, del curso de monitores! Te sigo por el blog y la verdad es que me alegra mucho ver que estás bien y me fascina ver que haya gente con valor para irse tan lejos!!
ResponderEliminarPor cierto, una apreciación que me ha dejado rayada bastante tiempo... curriculum no es una palabra esdrújula?? jeje :D me he puesto a pensar y digo.. tiene q ser!
Bueno, que me alegro mucho de q estéis contentos, q además irse en pareja es mucho más reconfortante imagino, por casos q tengo de cerca, en momentos complicados te apoya el otro y viceversa, creo q es genial! Espero de corazón que os vaya muy muy bien y que la experiencia sea enriquecedora, que estoy segura de que lo será :)
Un beso fuerte,
Rocío